Bloggear o no bloggear...

...he aquí la cuestión. Me propongo desde este espacio publicar cada tanto algunos comentarios, artículos, opiniones sobre la realidad del latino en Estados Unidos, pero sin olvidarme que ante todo soy latinoamericano y lo que sucede en el continente afecta a todos los que estamos aquí. La frecuencia de publicación será bastante irregular, pero será de alguna manera activa y persistente. También haré una recopilación de artículos pasados y que ya fueron publicados en otros lugares pero que no dejan de ser actuales. Ojalá me ayuden con sus comentarios. Aquí vamos pues...

sábado, 16 de octubre de 2021

Notas sobre el exilio y “Los otros exilios”


 Notas sobre el exilio y “Los otros exilios”


Cuántos exilios puede acarrear un hombre, una mujer, un alma. En cada soledad habita un inmigrante, un expatriado, un paria de sí mismo. Si entendemos como exilio aquel sentido del destierro, del abandono, también lo podemos entender como el acto de una búsqueda, o quizás el de la cura de un mal singular y ancestral. Emigrar es, en muchos casos morir un poco, y al mismo tiempo renacer en un cambio necesario e inevitable. Las razones siempre son subjetivas, pero quizás exista un balance entre la cobardía de abandonar el presente y la valentía de enfrentarse a lo desconocido. Estas dos sentencias son verdades absolutas pero también subjetivas. En Argentina 100 personas por día abandonan el país, en Estados Unidos se deportan 300.00 personas al año, y así en distintas partes del mundo se crean exilios, desarraigos, soledades. ¿Cuántos exilios existen? Por que ya no solo son los exilios geográficos que nos afectan, están los culturales, los sociales, los económicos, los sexuales, los de género, los políticos, los internos, los externos, los del encierro, los del abandono, los emocionales, los…

La pregunta persiste: Cuántos exilios puede acarrear un hombre, una mujer, un alma. Sin dudas las respuestas pueden aparecer y desaparecer sin aviso, sin resquemores. 

Ahora bien, para combatir esos exilios hay formas que nos pueden ayudar. El arte es quizás una de las mejores maneras de enfrentarlos, pero al mismo tiempo, uno debe ensimismarse, crear otro exilio propio, personal, único, y a partir de allí inventar la propia cura, la resistencia, la identidad de uno mismo para poder reinventarse en un nuevo lugar, en una nueva situación. Al crear arte nos volvemos contestatarios, hacemos política, sí, porque cada ver que uno se expresa, da su postura, su punto de vista, está haciendo política. Nos guste o no, afirmamos quienes somos con la palabra, con lo visual, con lo sonoro. Cada declaración, independientemente de cómo la hagamos, nos da un espacio en el mundo, la voz se convierte en roca y su peso hace rodar esa verdad generando el ruido de las realidades, nuestras realidades, que no son menos que las realidades de otros, ni de aquellos que llegaron primero, ni de aquellos que han estado desde tiempos inmemorables. 

Nos reconstruimos todos los días, aquí o allá, donde quiera que ese aquí o allá sea. Los exilios generan emociones incontenibles, la mayoría no son buenas, otras tienen una historia diferente, pero el proceso es irreversible, para bien o para mal, el exilio, la migración, el desarraigo nos cambia, y está bien que eso suceda, porque no hay mejor manera que enfrentar nuestras propias dudas que enfrentando nuestros demonios y conformar un nuevo ser. La pregunta persiste: Cuántos exilios puede acarrear un hombre, una mujer, un alma.

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