Bloggear o no bloggear...

...he aquí la cuestión. Me propongo desde este espacio publicar cada tanto algunos comentarios, artículos, opiniones sobre la realidad del latino en Estados Unidos, pero sin olvidarme que ante todo soy latinoamericano y lo que sucede en el continente afecta a todos los que estamos aquí. La frecuencia de publicación será bastante irregular, pero será de alguna manera activa y persistente. También haré una recopilación de artículos pasados y que ya fueron publicados en otros lugares pero que no dejan de ser actuales. Ojalá me ayuden con sus comentarios. Aquí vamos pues...

viernes, 11 de diciembre de 2015

Introducción a la Literatura del Desarraigo


Introducción a la Literatura del Desarraigo
Por Fernando Olszanski

Aún recuerdo una de las últimas visitas a Chicago del
notable pensador mexicano Carlos Monsiváis. Tuve el
honor de presentarlo en una conferencia organizada por la
revista Contratiempo, en la época que ocupaba la posición
de Director Editorial de la misma, y en un arrebato de su
habitual agudeza intelectual, él me pregunta, nos pregunta
a los asistentes si valía la pena escribir en español en los
Estados Unidos, un lugar donde la lengua de Cervantes
muchas veces encuentra un ambiente incómodo y a
menudo hostil. La pregunta nos sacó de contexto por un
momento, pero aquellos que escribimos en español en este
país sabemos la respuesta porque la tenemos incorporada
en las entrañas. A modo de contestación a esa incisiva
pregunta de Monsiváis, nace la idea de preparar antologías
que representen el ambiente literario en español en los
Estados Unidos. Junto a José Castro Urioste nos
planteamos recoger ese guante y presentar la calidad
literaria de los que residimos en este país, y de alguna
manera introducir para el análisis los temas que trae esta
nueva tendencia literaria. Una tendencia que me atrevo a
denominar como la Literatura del Desarraigo. La primera
antología que propusimos fue América Nuestra, una
antología a nivel nacional que logró el segundo premio del
International Latino Book Award en la categoría Best
Popular Fiction en el año 2012. América Nuestra presentó a
dieciocho escritores de distintas latitudes, pero
incorporados definitivamente al espectro literario del
español en Estados Unidos. Esta segunda antología,
Trasfondos: Antología de narrativa en español del medio-oeste 
norteamericano, se enfoca en la creación literaria dentro del
medio oeste norteamericano. Un ambiente que ha sido
prolífico y multifacético en los últimos años, literariamente
hablando.
Los temas de la Literatura del Desarraigo son
varios: la vida del inmigrante, el choque de culturas, los
problemas de adaptación, la nieve, la soledad, la lucha
social, la desigualdad cultural y económica, y lógicamente,
también el desarraigo. Estos temas reflejan el vivir
cotidiano del ser latino dentro de los Estados Unidos. Este
nuevo fenómeno literario es genéticamente
latinoamericano, tal cual lo es la Literatura del Dictador, la
del boom, o incluso la Narco-literatura. Este movimiento
toma impulso en los años noventa con emprendimientos
literarios como revistas, periódicos e incluso editoriales
emergentes, pero definitivamente se empieza a consolidar
con el advenimiento del nuevo siglo, cuando escritores
latinoamericanos que escriben en español y que hablan con
idoneidad de las realidades del latino en este país,
empiezan a ganar premios literarios a nivel internacional y
a firmar contratos con editoriales grandes de Estados
Unidos, España o México. Y si bien hablamos de
consolidación en la expresión literaria en español en
Estados Unidos, cuando hablamos del medio oeste
debemos decir que, a diferencia de otras zonas como
Nueva York, el sudoeste o incluso la Florida, la
inmigración hispana en esta zona, el medio oeste, es más
bien tardía, y empieza a manifestarse a mediados del siglo
XX con la llegada de los primeros trabajadores migrantes.
Estos trabajadores migrantes que tan explícitamente
retrata Tomás Rivera en su obra cumbre ...y no se lo tragó la
tierra, uno de los más significativos baluartes de la
Literatura Chicana, originalmente escrita en español, y que
empiezan a radicarse cerca de los grandes establecimientos
industriales. Es en esta época, los cincuenta, cuando Luis
Leal intenta la primera expresión literaria en la ciudad de
Chicago con la revista ABC. Pero es durante el fin de siglo
cuando vemos una sólida efervescencia creativa, que ya no
solo abarca lo literario, sino también otras artes. Es en
Chicago y en las ciudades más grandes del medio oeste
donde las universidades empiezan a darle más espacio al
estudio de la literatura y al idioma español, y donde
activistas culturales empiezan a abrir canales de expresión
multicultural. Creo que es importante marcar diferencias
entre la literatura Chicana y la del desarraigo. La primera
es inevitablemente circunscripta a los méxico-americanos,
Chicanos, como prefieren llamarse, o sea a los nacidos de
padres mexicanos en los Estados Unidos, y que tiene una
fuerte connotación socio-política. Y si bien hay temas que
se entrelazan y trastocan con la Literatura del Desarraigo,
no deja de percibirse lo regional, la vida de frontera entre
dos culturas muy cercanas una de la otra, pero tan lejanas
como el cielo y el infierno. En beneficio de la Literatura del
Desarraigo se puede decir que ésta es mucho más inclusiva
y abarca ya no solo lo latinoamericano, sino también lo
peninsular. Ya no distingue una sola nacionalidad, sino
que convierte a América Latina en una sola gran nación y
que incorpora a los Estados Unidos con decididas
características latinoamericanas. No en vano podemos
decir que los Estados Unidos se han convertido en el
segundo país hispanoparlante del mundo detrás de
México, y sí, superando en número de hablantes a países
como España, Colombia y la Argentina. Es el idioma lo
que distingue a este proceso literario y cultural, es la
lengua el bien común que hermana a todas las
nacionalidades latinoamericanas en una. Como profetizó
Carlos Fuentes, la patria se ha convertido en el idioma
español. Mientras la Literatura Chicana se debate
mayormente en inglés y minoritariamente en español, la
Literatura del Desarraigo es estrictamente en español, lo
que la define certeramente como un subgénero
latinoamericano.
Es a finales de los años 90 cuando surge el primer
documento que representa la creación literaria en Chicago.
John Barry, un visionario profesor de español de la
Roosevelt University, edita una antología literaria titulada
Voces en el Viento: Nuevas Ficciones Desde Chicago, que
incluye 24 escritores del área. Lamentablemente John Barry
fallece en el año 2002 y la segunda antología en la que
estaba trabajando, ahora bilingüe, se publica post mortem.
Ya entrados en el nuevo siglo vemos nacer más proyectos
literarios de la mano de colectivos culturales, talleres de
creación literaria, programas universitarios de maestría o
doctorado y de revistas que aúnan distintos tipos de
artistas. También surgen editoriales y se publican novelas
y libros de cuentos ya no enfocados en el recuerdo del
terruño, sino en la vida cotidiana en este país, en la dura
lucha del día a día, en el contraste de civilizaciones, en la
constante reevaluación de la identidad y en los hijos que
llegan, a veces birraciales, biculturales y con una
identificación nacional muy diferente a la nuestra. Pero es
en la antología donde se puede apreciar una más amplia
variedad de tópicos y estilos. Es en la antología que ofrece
escritores de distintas formaciones y nacionalidades donde
vemos la fusión de todos los orígenes en un nuevo ser
transnacional. Es en este tipo de colección literaria donde
podemos encontrar que tenemos más en común de lo que
nos separa; o llegar a la conclusión de que los
latinoamericanos de distintas latitudes coinciden no solo
en la lengua, sino también en las disyuntivas económicas y
sociales que afectan a todo el continente. Por supuesto que
también se han visto antologías promovidas por editoriales
multinacionales que quisieron aprovechar el empuje
económico de los latinos e inventaron un producto para
vender a los despistados, que incluía autores que ni
siquiera escribían en español, por lo tanto traducidos, o
que estaban de paso por los Estados Unidos enseñando en
alguna universidad por un semestre, tan solo demostrando
su falta de respeto a los lectores del español en esta parte
del mundo.
Ya entrando en el plano de nuestra antología, la
misma se compone de dieciséis escritores, de nueve
nacionalidades distintas: argentinos, colombianos,
cubanos, chilenos, españoles, mexicanos, peruanos,
puertorriqueños y venezolanos. Estos escritores nos han
entregado textos de distintas contexturas literarias: relatos,
cuentos o capítulos de novela que nos presentan distintas
perspectivas y estilos, pero siempre con la visión del latino
asentado en estos lares; la del hombre que vive, o
sobrevive, en una sociedad que sufre de constantes
mutaciones y cambios, y que nosotros, los latinos, somos
parte esencial de ese cambio y de esa dinámica. Es cierto
que algún lector podría señalar, con razón, que la antología
debería tener algún otro escritor, o incluso que podría ser
más representativa en las nacionalidades. Pero a veces se
debe mantener una cordura cualitativa. La consigna
siempre fue presentar textos de escritores que estuvieran a
la altura del reto, no siempre, y más importante, no todos
están en la sintonía de una propuesta. Los textos
seleccionados para participar en Trasfondos: Antología de
narrativa en español del medio-oeste norteamericano,
pertenecen a escritores de probada trayectoria, premiados
y publicados en el amplio espectro latinoamericano y
estadounidense, lo que nos asegura un caudal de calidad
indiscutible.
Por supuesto que no nos olvidamos de lo que
desató esta antología, la pregunta original de Carlos
Monsiváis: por qué escribimos en español en los Estados
Unidos. Y las respuestas son varias pero se llegan a
concentrar en algunas palabras que definen nuestra
identidad. Escribimos, primero que nada, porque como
dijo Gutemberg al momento de crear la imprenta: “Con 26
soldados podemos conquistar el mundo”, aunque en
español sean 29 las letras que usamos. Escribimos porque
es necesario para documentar nuestro paso en este país,
decir nuestras verdades, retratar nuestras contradicciones
y miserias. Escribimos porque somos hombres y mujeres
que tenemos la necesidad de decir, de contar, de
denunciar, de gozar, de gritar las vicisitudes de nuestras
vidas, de los nuestros y de lo que vemos. Escribimos
porque somos testigos del momento que nos toca vivir.
Escribimos porque vivimos en una sociedad en la que un
nuevo hombre está surgiendo, y ese hombre tiene nuestro
ADN. Pero por sobre todo, escribimos para afirmar
nuestra presencia en este país, y escribimos en español no
para competir con el inglés, no creo que esa sea la
estrategia correcta, sino que los dos idiomas pueden
coexistir sin fricciones. Hay un espacio cultural, social y
emocional para las dos lenguas que nos permite fluctuar
entre ellas sin demarcar fronteras, sino lo contrario, abrir
canales de comunicación entre los grupos humanos que
por una razón histórica, social y cultural han decidido
expresarse en una manera diferente. Y por último, porque
el español es nuestra lengua, nuestro patrimonio y nuestra
elección. Les guste o no, el español está en este país para
quedarse. Aquí les entregamos esta antología de
narradores del medio-oeste norteamericano, un libro que
puede leerse de muchas maneras, por placer, para estudio,
o como un infaltable documento a la hora de mostrarnos
tal cual somos. Esta antología es nuestra, somos nosotros.
Está en nosotros seguir construyendo una sociedad con
espacios para todos. Buen provecho.