Bloggear o no bloggear...

...he aquí la cuestión. Me propongo desde este espacio publicar cada tanto algunos comentarios, artículos, opiniones sobre la realidad del latino en Estados Unidos, pero sin olvidarme que ante todo soy latinoamericano y lo que sucede en el continente afecta a todos los que estamos aquí. La frecuencia de publicación será bastante irregular, pero será de alguna manera activa y persistente. También haré una recopilación de artículos pasados y que ya fueron publicados en otros lugares pero que no dejan de ser actuales. Ojalá me ayuden con sus comentarios. Aquí vamos pues...

domingo, 16 de octubre de 2016

¿Qué se premia cuando se otorga el premio Nobel? Bob Dylan y la incognita de cambiar o no cambiar

¿Qué se premia cuando se otorga el premio Nobel? Bob Dylan y la incognita de cambiar o no cambiar

Veo que hay reacciones dispares por la elección de Bob Dylan como Premio Nobel de Literatura. Algunos dicen que Leonard Cohen hubiese sido una decisión más correcta, o que hubiese sido mejor no innovar y dárselo a un escritor ya consagrado como Murakami, Joyce Oates o incluso Margaret Atwood. Por supuesto todo eso tiene que ver con el gusto personal, con la geografía o incluso con el nacionalismo. Pero creo que no hay que olvidar qué es lo se premia cuando se otorga el Nobel de Literatura. No se premia a un autor solamente, sino que se premia a una lengua, a un estilo, se premia incluso a una generación. 
Recuerdo que Carlos Fuentes, respondiendo a la pregunta que si creía que alguna vez le iban a dar el Nobel, dijo que a él ya se lo habían dado el día que premiaron premiaron a García Márquez. Algo parecido había dicho el inmenso Jorge Amado, el premio que le habían dado a Saramago era para toda la generación de escritores que trabajaban en lengua portuguesa. Lo que Fuentes y Amado trataban de decir, es que el Nobel es también inexorablemente, un premio político.
Entonces, ¿qué se premia en Bob Dylan? Por supuesto se premia su carrera y sus composiciones. Su poesía inoxidable, su compromiso con el hombre y su pasión por hablar de cosas importantes. No me parece que se premia por que sí a un músico, sino que hay que tomarlo quizás como una protesta hacia donde va la música, la poesía y el arte en general en estos días. Hoy los valores del arte son vender rápido, hacer mucho ruido, llamar la atención y hacer hincapié en lo efímero. La obra de Dylan, y la de Cohen y la de tantos otros monstruos sagrados del arte es todo lo contrario a eso, y tal vez la academia sueca trate de llamar la atención al cambio que se esta generando y recordarle al mundo que el arte sin compromiso no dura más que la mirada perecedera de un transeúnte.
Creo que es bueno que se reconozcan otros géneros literarios, el premio al dramaturgo Darío Fo fue una grata sorpresa, el galardón a la periodista Svetlana Alexiévich fue algo refrescante por el compromiso social, algo ajeno al mundo occidental últimamente. 
Ahora pensemos en nuestra lengua y en el premio Cervantes, o el Príncipe de Asturias o el Juan Rulfo, ¿y si se lo dieran a Joan Manuel Serrat? ¿O a Joaquín Sabina? Quién realmente podría cuestionar esas decisiones? Porque no escuchamos a estos autores por sus melodías, sino por sus letras. Que guardan una poesía diferente, pero no por eso inferior a otras.
Tal vez es tiempo de que nosotros pensemos en revisar nuestros estándares, y darnos cuenta que al mirar fuera de nuestro pequeño espacio hay mucho más para ver y disfrutar. Después de todo, el mismo Bob Dylan dijo que nada es más estable que estar continuamente cambiando.


Fernando Olszanski