Bloggear o no bloggear...

...he aquí la cuestión. Me propongo desde este espacio publicar cada tanto algunos comentarios, artículos, opiniones sobre la realidad del latino en Estados Unidos, pero sin olvidarme que ante todo soy latinoamericano y lo que sucede en el continente afecta a todos los que estamos aquí. La frecuencia de publicación será bastante irregular, pero será de alguna manera activa y persistente. También haré una recopilación de artículos pasados y que ya fueron publicados en otros lugares pero que no dejan de ser actuales. Ojalá me ayuden con sus comentarios. Aquí vamos pues...

viernes, 24 de febrero de 2012

Desidia: la de ellos, la nuestra

Leyendo algunas noticias en los diarios veo que solo se habla de los accidentes alrededor del mundo. 
El costa Concordia: 29 muertos
Arde una cárcel en Honduras: 360 muertos
Choque de un tren en Argentina: 55 muertos y la lista sigue, sigue y sigue...
Todo se reduce a la palabra negligencia, El capitán del barco que se escapa primero que los pasajeros, la cárcel que se quema y ¿nadie puede sacar a los presos? Y no acepto esos comentarios que escuché por ahí que total eran mala gente, porque hoy es una cárcel y mañana puede ser una escuela. Lo de los trenes en Argentina es lo mismo en todo el mundo hispano: falta de inversión, empresas privadas llenándose los bolsillos cuando la gente viaja peor que el ganado. Parece que nadie controla eso, que mientras se paguen las mordidas de turno está todo bien. ¿No estás cansado de que te metan la mano en el bolsillo? ¿No estás harto de que te traten de idiota todo el tiempo? No pido una revolución, no, los latinos sabemos demasiado de guerras civiles, de dictaduras, de guerrillas mesiánicas, de iluminados que nos prometen todo, y que no nos dan nada. Lo único que pido es lucidez. Que a la hora de votar pienses en las promesas que hacen los políticos, que cuando están allí les recuerdes que ellos trabajan para vos, y no vos para ellos. Y que si no hacen lo que tienen que hacer que los saques de ahí y pongas a alguien que piense en el bien común y no en el de unos pocos. Porque si no lo haces, no tenés ningún derecho a protestar depués.
Gracias por estar al otro lado de estas letras, abrazos...

martes, 21 de febrero de 2012

Mil puños, mil brazos (Un cuento mío)

No temblás por los rugidos de afuera. Tampoco por los susurros detrás de las paredes. Algo inesperado ha sucedido. Algo que aterra tu desconocida sabiduría. No temblás por eso. Pero temblás.
No te dolió escuchar lo que escuchaste. Tampoco te dolió no escuchar lo que esperabas escuchar.Porque las voces fueron huecas, vacías de sonidos, vacías de ritmo y de distancia. Vacías. No te dolió. Pero te dolió.
Alguien te acerca las vendas, no ves quién, no te interesa. De a poco las vendas envuelven las manos, vuelta a vuelta esconden la piel, esconden el temblor, esconden las voces. Dijiste que no te interesa. Pero te interesa.
Hay una sombra enfrente tuyo, hacés que la golpeás, pero no la golpeás. Hacés como si bailaras, pero no bailás. Decís que no estas nervioso. Pero lo estás.
Ya hay sudor. Tus músculos aptos. Los movimientos sincronizados. Te sentís ágil, diestro, fuerte. Pero hay algo que te perturba. Algo en tu mano. Algo que no entendés. Es la misma mano de siempre. 
Es la misma mano de siempre, te repetís. Pero no es la misma mano de siempre.
Esta mano pesa más, te cuesta sostenerla, pesa mil puños. Mil puños sostenidos por mil brazos. Éso te sorprende. 
Ya sos viejo. O al menos otra gente dice eso. Estás acabado, escuchaste decir a tu promotor. No hay nada peor para un boxeador como vos, que tu propia gente te abandone antes de la pelea. Buscás la sombra, la golpeás. Te gustaría que fuera otra sombra. Pero no lo es.
Te llevaron para perder. Te llevaron para que el campeón se luzca llenándote de bollos. Te llevaron, ni siquiera sabías dónde.
El campeón prometió sacarte en el tercero. Sonreís con pena. Todos se preguntan cuánto vas a durar.
Antes escuchabas eso. Ya no. Dejaste tu pueblo en la provincia para pelear por el título. Nada menos que en la capital. Allá te perdonan la mala racha. Allá seguís siendo el mismo de siempre. El canillita te fía. El mozo te invita un vino. El policía te saluda, no te coimea. 
Hoy extrañamente el puño te pesa mil puños y el brazo mil brazos. Mismo número que habitantes en tu pueblo. Un puño por persona. Un brazo por sueños frustrados.
Hoy extrañamente, querés cambiar la historia. No importa que allí, en un lujoso gimnasio de la capital, esten esperando que caigas enseguida. Que todos griten el nombre del campeón. Que estés solo a pesar de la compañía.
Hoy querés hacer de héroe. Querés que tu vida de una vez y por todas pelee en forma pareja con las desaveniencias. 
Hoy tu puño pesa mil puños, tu brazo, mil brazos. Hoy querés hacerselos sentir al campeón. El niño mimado de la prensa, la elite del box en el país. Mil puños, mil brazos. Igual número que habitantes en tu pueblo. 
Hoy vas a pelear como nunca. Vas a pelear por vos. Vas a pelear por los mil habitantes de tu pueblo. Vas a pelear contra las frustraciones, contra el poder, contra el modelo.
Ya no temblás. Ya nada te molesta. Estás tranquilo. Caminás al ring solo, solo a pesar de la compañía. Pero no estás solo. Ahora sonreís. No son nervios, tampoco pena.
Los rugidos de la masa ya no te incomodan. Tu brazo derecho cuelga del cuerpo, inusualmente tranquilo.
Alguno pensará que estás entregado.
Lo ves al campeón que te mira con desprecio. Todas las luces, todas las voces, todo el espectáculo, es para él.
La mayoría te silba, no te conocen.
Estás solo. Pero no lo estás. Hoy tu puño pesa mil puños. Tu brazo tiene la fuerza de mil brazos.
Extrañamente el mismo número de habitantes en tu pueblo. Vas a pelear por vos y por ellos. Para demostrate que podés y que ellos también pueden.
La campana suena. Salís a pelear. 
Tu paso firme, es el paso de tu pueblo.

domingo, 19 de febrero de 2012

Un poema de Alda Merini

Los poetas trabajan de noche

Los poetas trabajan de noche
cuando el tiempo no les urge,
cuando se calla el ruido de la multitud
y termina el linchamiento de las horas.

Los poetas trabajan en la oscuridad
como halcones nocturnos o ruiseñores
de canto dulcísimo
Y TEMEN OFENDER A DIOS.

Pero los poetas, en su silencio,
hacen mucho más ruido
aaaaaaa
que una dorada cúpula de estrellas.

sábado, 18 de febrero de 2012

Grecia, Colón y la lluvia también


¿Han visto la película Y la lluvia también? Tienen que verla, se trata de un grupo de actores, productores y cineastas que van a Bolivia a filmar una película sobre la llegada de Colón a América. Pero al llegar allí ven que en la ciudad que están filmando, han privatizado el agua y los precios han subido astronómicamente. Como la gente no puede pagar los precios del agua, los pobladores tratan de juntar agua de lluvia, pero el gobierno, apoyando a la empresa privada, no los deja. La situación se mezcla con la filmación y la historia de hace 500 años parece repetirse.Una profesora universitaria me había dicho una vez que para enteder la historia actual había que leer cómo había sido la conquista de América. Y Esther Santana, mi profesora, tenía razón. 
La película es audaz, muy bien actuada por el español Luis Tosar, secundado por Gael García Bernal y por la fantástica actuación del ignoto Juan Carlos Aduviri, quien será Atuey y el eje de la protesta popular. La directora es Icíar Bollaín y le da un a la película un toque revisionista de nuestra historia y analítico al mirar el presente de la relación social de Iberoamérica. 
La protesta en la ficción fue basada en un acto real. La protesta popular existió, y es similar a la que ocurre en Grecia en estos momentos. O en el mundo árabe. Los medios han sensacionalizado estos eventos. ¿Por qué es delito salir a protestar y decir: “Me están robando el futuro legalmente”, “No están haciendo el trabajo que tienen que hacer”, “Son irresponsables  y no están capacitados para dirigir esta nación”? Es fácil tildar a los que protestan de revoltosos, comunistas, extraterrestres o lo que les venga a la cabeza. Tenemos derecho a decir, a protestar, a denunciar. Sino fuera así no habría países independientes. No pensariamos en nombres como Ghandi, Mandela, Bolívar, y por qué no Washington, como personajes que inspiran a las nuevas generaciones. No solo tenemos derecho a protestar, tenemos la obligación de rebelarnos cuando hipotecan nuestro futuro. 
En la película el final es esperanzador. En la vida real, no siempre lo héroes ganan. O será que quizás Colón también está llegando a Grecia.

domingo, 12 de febrero de 2012

Cañoneras, petróleo y política

No es solamente el tema de las Malvinas. Es todo en general. Es la prepotencia de un país poderoso abusándose de la debilidad de otro. Menciono a las Malvinas, o Falklands (o Fucklands) porque la escalada verbal entre Argentina, Inglaterra y los isleños me recuerda tanto al tiempo que Bush amenazaba con invadir Irak. Que había armas de destrucción masiva, que no las hubo al final. Que ésta iba a ser la madre de todas la guerras, y que el cobarde asesino de su propio pueblo fue encontrado en un pozo escondiéndose como una rata. Confieso que no me da pena que lo ahorcaran, después de todo no había sido una buena hierba. Pero entonces, ¿dónde estaba realmente el eje del mal? La movida le salió muy bien a Bush, pero no al pueblo iraquí, ni a los tantos soldados que murieron defendiendo los intereses de otros.
Todos sabemos que la guerra de Irak tenía otro objetivo: El petróleo. Ahora las petroleras tejanas e inglesas tienen asegurado el negocio por las próximas décadas. En especial cuando sabemos que al petróleo no le quedan más que unos cincuenta años de vida. O sea, que cuando el petróleo se acabe, y no encontremos otras fuentes de energía, ¿adivinen quién tendrá las últimas reservas? y esa sí que será un arma de destrucción masiva. Las implicancias pueden llegar a ser inmensurables.
En Malvinas dicen que han encontrado petróleo. Parece que no es casualidad que hayan enviado lo más moderno de Royal Navy a patrullar los mares del sur, a pesar que el Ministerio de Defensa de Argentina haya dicho claramente que las Fuerzas Armadas no están en condiciones de ir a la guerra por más de dos horas. 
No pretendo hacer un alegato sobre la propiedad de las islas. Solo quiero mencionar que la política de las cañoneras sigue vigente. Los países poderosos siguen haciendo lo que quieren con los países débiles. Y no son solamente Estados Unidos e Inglaterra, es también China, que está comprando compañías, minas y campos en toda Latinoamérica, con contratos más que ventajosos, que no benefician a los pueblos sino a un grupo de provilegiados políticos y empresarios.
Todos nos siguen traicionando. Por eso, sostengo que lo único puro es la gente de esos países. Que siguen creyendo que un mundo más justo es posible, que saben que las guerras no arreglan nada, que se siguen levantando para ir a trabajar a pesar que la paga es miserable, que aún, a pesar de sarta de mentiras que escuchan todos los días en los medios, confían en la providencia. A pesar de que hay unos pocos poderosos que se abusan de los que son más, pero que no tienen poder.
Ahora bien, ¿ésto, tiene solución? Solo una. Conciencia política, participar. Sacar a los de siempre y darle oportunidades a gente con ideas nuevas. Hacer un cambio local y después, hacer un cambio global. Nadie dice que es fácil, pero el cambio empieza en uno y el cambio es contagioso. Para que no haya más Iraks, para que no haya más Malvinas, para que no haya más poderosos abusando de los débiles, para que no haya más robos de esperanzas. Empecemos a cambiar. Ya.

viernes, 3 de febrero de 2012

Woody Allen, Hemingway y la Medianoche en París

No soy un gran admirador de Woody Allen. Me gustan algunas de sus películas, una o dos, el resto es como para decir, ¿y ésto? Sus películas tienen dentro de esa irreverencia intelectual que lo caracteriza, algo de actitud esnob (sí, se escribe así, aunque parezca mentira) para con el espectador. Pero al ver Medianoche en París realmente algo llamó poderosamente mi atención. Es una comedia, sí, pero en muchos de sus personajes hay un profundo respeto por el pensamiento, tratan de transmitir algo. Y no hablo de Owen Wilson, que siempre actúa de Owen Wilson. Me refiero a personajes como el de Hemingway, personificado por Corey Stoll, que en un momento en que habla con el personaje de Wilson que quiere ser escritor pero no toma la decisión final, Hemingway le habla de lo que significa el amor, el texto es una traducción mía, perdón por los errores: “Creo que aquel amor que es honesto y verdadero crea un espacio ante la muerte. Toda cobardía viene de no saber amar o de no amar de la manera correcta, que es la misma cosa, y que cuando un hombre que es valiente y honesto, mira a de frente a la desolada muerte, es porque él puede amar con tanta pasión que le es posible sacar la muerte de su mente hasta el día que ésta vuelva, porque algún día volvera.  Y en ese momento él debe volver a amar, nuevamente, con pasión, para seguir viviendo... Piénsalo.” Qué hermosa definición del amor, que solo cuando se sabe amar, se puede desplazar a la muerte de su estado natural, en los pensamientos.
El personaje de Wilson, que esta insatisfecho en el presente, trata de vivir en París, en la gloriosa década de los 20, y cada medianoche, rodeado de todas las genialidades del momento, viaja a ese especial momento de la historia para seguir aprendiendo de la gente que admira y respeta, pero su antagonista, Paul, lo devuelve bruscamente a la realidad: “La nostalgia es una negación, se niega el doloroso presente... El nombre de esta negación es pensar en la época dorada, La noción errónea de que un periodo de tiempo es mejor que el actual. Es el escape de las imaginaciones románticas, de aquellos que no pueden lidiar con el presente.” Duro, muy duro con aquellos que aún atreven a soñar, pero una cruda y discutible realidad.
Otra interesante cita es la del personaje de Gertrude Stein, que define la labor de un artista: “El trabajo de un artista is no sucumbir en la desesperación común, sino encontrar un antídoto contra el vacío de la existencia.”  Y adhiero totalmente a esto.
Para no hacerla muy larga, este filme está lleno de sugerencias que invitan a mirar con otra óptica la vida, el amor, el arte. Una buena película con personajes que nos traen una inspiración sublime de la mano de Picasso, Dalí, Fitzgerald, Buñuel y otros. Tal vez debería empezar a ver más filmes de Woody Allen para ver si encuentro lo que no vi antes, un poco de aquellas visiones que a veces se nos escapan.
Los invito a verla.   

miércoles, 1 de febrero de 2012

Poema de Wislawa Symborska

Fotografía de la muchedumbre

En la fotografía de la muchedumbre
mi cabeza es la séptima de la orilla,
o tal vez la cuarta a la izquierda,
o la veinte desde abajo;

mi cabeza no sé cuál,
ya no una, no única,
ya parecida a las parecidas,
ni femenina, ni masculina,

las señales que me hace
son ningunos rasgos personales;

quizás la ve el Espíritu del Tiempo,
pero no la mira;

mi cabeza estadística
que consume acero y cables
tranquilísima, globalísimamente;

sin la vergüenza de ser una cualquiera,
sin la desesperación de ser cambiable;

como si no la tuviera en absoluto
a mi manera y por separado;
como si se hubiera desenterrado un cementerio
lleno de anónimos cráneos
en un aceptable estado de conservación
a pesar de su mortalidad;

como si ya hubiera estado allá
-mi cabeza, una cualquiera, ajena-

donde, si recuerda algo,
sea tal vez el profundo futuro.

De "Si acaso" 1978      
Versión de Abel A. Murcia