Bloggear o no bloggear...

...he aquí la cuestión. Me propongo desde este espacio publicar cada tanto algunos comentarios, artículos, opiniones sobre la realidad del latino en Estados Unidos, pero sin olvidarme que ante todo soy latinoamericano y lo que sucede en el continente afecta a todos los que estamos aquí. La frecuencia de publicación será bastante irregular, pero será de alguna manera activa y persistente. También haré una recopilación de artículos pasados y que ya fueron publicados en otros lugares pero que no dejan de ser actuales. Ojalá me ayuden con sus comentarios. Aquí vamos pues...

viernes, 23 de marzo de 2012

¿Latinos o hispanos? El tema de las etiquetas

¿Hispano o Latino? La pregunta es capciosa y muchas veces  se confunden los significados. Y ciertamente, aunque mucha gente las usa como similares, no lo son. No son sinónimos, y tienen un uso mucho más amplio de lo que parece. No conozco el por qué de las etiquetas que debemos poner en las personas, pero es una realidad. Hay una diferencia importante cuando nosotros somos lo que nos etiquetamos y otra muy diferente, cuando alguien más lo hace por nosotros.
Estas etiquetas vienen desde ya hace unos años y cambian cada tanto tratando de hacerlas más específicas y más tolerables, pero nunca va a ser así, por la sencilla razón de que son otros quienes las usan y no lo más interesados.
Volviendo al principio, ¿qué somos, latinos o hispanos? Cuando hablamos de latinos, el tema es muy ambiguo. El término empieza con una tribu del centro de Italia que llegó a conquistar el mundo conocido, con centro en Roma, su lengua, el latín, derivó en otras lenguas: italiano, francés, portugués, español, rumano, y varias más.
Dentro del imperio romano, hubo una provincia llamada Hispania. Lo que es ahora España y Portugal. durante los años 70, el gobierno de Estados Unidos, empieza a denominar hispanos a aquellos que provienen de países de latinoamerica donde se habla el español. Pero también se los menciona como latinos a todos los latinoamericanos, incluyendo a Brasil y a Haiti y a los países europeos que hablan una lengua romance.
El tema se complica más, porque a un italiano, que según la definición debería llamársele latino, es europeo, pero a un español se le llama hispano. No nos olvidemos de Guinea Ecuatorial, un país africano que tiene al español como lengua oficial, ¿Dónde los vamos a ubicar? Y cuando el tema llega a los Estados Unidos se complica mucho más: Chicanos, Nativos, Caribeños, Afrolatinos y la lista continúa interminablemente.
¿Pero estas etiquetas son reales? Por supuesto que no. A alguien que tiene como lengua madre el guaraní, o el quechua o el nahuatl esto suena ofensivo. Es demasiado eurocéntrico. No somos una raza, somos un grupo cultural unidos por muchas cosas, ser latino puede significar lo mismo o lo opuesto para un negro, un nativo, un asiático, un judío o un blanco que hayan nacido en estos lares. Pero eso pasa cuando los demás nos ponen etiquetas, y no nosotros mismos. Me suena gracioso y triste al mismo tiempo que otros traten de definirnos, como si acaso nos conocieran.
Si me preguntan, yo uso el término latinoamericano, porque es más inclusivo. No habla de una una raza, color o lengua. Apunta a un continente con un trasfondo común, con un pasado y un futuro común. A algo más social y cultural. No sé si es correcta esa denominación, el tiempo lo dirá. No me gustan las etiquetas, pero si tengo que usar una, sería esta: Ser Humano que habla español como primera lengua y que busca su espacio en el mundo. Felicito a aquellos que ya lo han encontrado, yo por mi parte, seguiré buscando.

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